martes, 14 de mayo de 2013

La estación


La estación de Avilés, el taxi que espera, la casa azul de la esquina ante la que crucé tantas veces...  Qué desconocidos se van volviendo, con el paso de los años, los lugares más familiares.

4 comentarios:

  1. Porque a partir de cierta edad, nuestra, no suya, lugares y cosas, empiezan a olvidarse de nosotros. Al cabo de pocos días nuestra ausencia, traidores, les importará un pimiento. (Apenas fotógrafo, deduzco que el recorte electrónico posterior ayuda a conseguir encuadres tan buenos como el de esa alargada ventana cerrada y abierta a su Avilés).

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    1. Sí parece que las cosas se olvidan de nosotros. Aunque lo contrario ya es más difícil. Pero kantianos somos, y nos puede suceder verlas de pronto como algo nuevo, a pesar de la costumbre. Esos raros momentos habría que fijarlos con un "Pad" desde el interior de la estación del alma, más fiable y segura que la transitada estación de autobuses.

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    2. Me alegran contar con comentaristas tan inteligentes. Tomo nota.

      JLGM

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  2. Vaya, voy a tener que nombrarte comentarista oficial de este blog.
    La foto está hecha con el iPad, que permite el recorte inmediato. Y desde el interior de la estación de autobuses.

    JLGM

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