sábado, 25 de mayo de 2013

Amapolas


Lástima que, cuando el Greco pintó Toledo, se le olvidaran las amapolas.

2 comentarios:

  1. Recital de hace bastantes años en una clase de bachillerato. El poeta pide a los alumnos pensar unos segundos en su lengua materna hasta hallar la palabra que de ella les parezca más hermosa. A mí se me ocurrió AMAPOLA por culpa quizá de los monaguillos hechos de niño con sus capullos. (No, ni alumno ni poeta yo, sino el ya, calculo, canoso profesor que cedió su clase de Literatura a aquellos poetas; que fueron dos y no uno).

    Hermosa también la foto. Tajo y Toledo tranquilos, primer plano de amapolas y abundantes ramitas de aquellas humildes plantas que arruinábamos deslizando hacia arriba la mano para abastecernos de armas arrojadizas contra rebecas, saquitos o el propio pelo de los demás niños en el camino a la Virgen de Gracia. Gracias.

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  2. « domingo, 16 de mayo de 2010
    ETIMOLOGÍA DE AMAPOLA

    Hubo una chica valdepeñera algo pálida de la que anduve enamoriscado que se llamaba Paloma, casi un anagrama de amapola más una a; por eso le dediqué un soneto ya extraviado, "Amapola a Paloma", con el fin de sonrojarla. Ella, que ahora es profesora de lengua allí, casó tiempo después con un cocinero y me invitó a la boda a mi novia y a mí; como es de suponer, el banquete fue magnífico, tanto es así que todavía me acuerdo de sus pimientos rellenos.

    (…) ya que tengo el Diccionario de Autoridades y otros que colecciono, me he ido al etimológico de Corominas/Pascual en cinco tomazos; le consagra una columna entera, que paso a resumirte a continuación.

    Viene del mozárabe “habapaura”, por alteración del latín “papaver –eris” inducida por la homofonía y cercanía semántica del árabe “habba”, 'grano de cereal' o 'semilla de verdura'. Se documenta por vez primera, y con hache aspirada, hacia 1400, como “hamapol”; Nebrija trae un siglo después “hamapola”, también con aspiración inicial; el malagueño Fernández Ávila, hacia 1725, escribía "jamapola", y en el judeoespañol de Marruecos, señalado por sus arcaísmos, y en lugares de la provincia de Sevilla, se pronucia "mahapola"; "hanapoya" entre los sefardíes de Oriente. Corominas piensa que la prótesis de ha- se debe a la analogía con otras prótesis de nombres compuestos de plantas árabes (“habbat as-sana”, “habbat as-sauda”, etc.) Se trata, pues, de una palabra "ni puramente árabe, ni puramente romance", desestimando otras conjeturas de García de Diego, Simonet, Dozy y Schuchardt. De “habapola” a “hamapola” se pasó por disimilación. En gallego es “mapoula” o “marapola”, en portugués “papoula”, en Sanabria “papoya”; en Murcia, Aragón; en cuanto a La Mancha, se documenta en Cuenca y en Albacete “ababolabadol”. En Álava, “abibollo”; Guillén de Segovia utiliza “ababa” y el herborista del XVI Laguna también. “Amapolarse” es pintarse de carmín, y de su color rosado viene el “amapolo” 'azote' de la Pícara Justina. En Colombia, "a la majapola" se utiliza para describir "con violencia, con derramamiento de sangre".

    Publicado por Ángel Romera en 10:49 »

    http://diariodelendriago.blogspot.com.es/2010/05/etimologia-de-amapola.html

    [Encantos de blogolandia y la erudición. Una palabra "ni puramente árabe, ni puramente romance". Mapoula, papoula, marapola. Ababolabadol. Amapolarse. A la majapola.]

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