domingo, 27 de abril de 2014

Atrio


Más de una vez he soñado que, como en un cuento de Cortázar, entraba en el Atrio de Avilés por la calle de la Cámara y salía luego, tras atravesarlo, del Atrio de Nueva York a la Tercera Avenida. O viceversa.

4 comentarios:

  1. ¿Atrios?, ¿qué Atrios? Baste el portal pequeño, no existe Casa.

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    1. Maravillosos atrios de los rascacielos de Nueva York, lugares públicos en recintos privados.

      JLGM

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    2. Teo-metafísico a veces pero nada estupendo (más viejo que usted, amable GM), quién sabe si aún sigo influido por el “¿Rascacielos? ¡Rascaleches!” (Miguel Hernández) de mi primera juventud de cabrero intratable y encima vencido.

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  2. Muy bien, José Luis. Interesantes reflexiones. Eso de que "envejecer es salir sobrando" resulta incómodamente cierto.

    ¿Sabes cuándo saldrá a la venta la tercera entrega del tríptico napolitano de Elena Ferrante? Si lo sabes, te agradeceré me compartas el dato.
    Por otra parte, que envidia (de la buena) me da ver esa foto de tu biblioteca. De hecho, todas las fotos que ilustran tu bitácora son gratas al ojo.

    No te distraigo más, pero te deseo un día interesante.
    Saludos,

    ~Ricardo Colunga.

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