sábado, 5 de abril de 2014

Sobre los techos de la ciudad


Contempla indiferente la paloma los viejos tejados de la ciudad. Yo, encaramado aún más alto que ella, los miro con asombro. Me gusta contemplar el mundo desde el punto de vista de Dios. Y nunca dejo de asombrarme ante sus maravillas.

3 comentarios:

  1. Si yo veo bien, el ave que apareceen la foto no es una paloma; es una gaviota.

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  2. “Sobre los techos de la ciudad… Yo, encaramado aún más alto que ella [gaviota, sí, pese a la catarata de mi ojo izquierdo]… Me gusta contemplar el mundo desde el punto de vista de Dios.”

    “Inclinadas las rodillas de mi corazón, postrado y sumido en el abismo de mi vileza, con todo el acatamiento y reverencia que a este vilísimo gusano es posible, me presento, Dios mío, delante ti, como una de las más pobres y viles criaturas del mundo. (…) Aquí me pongo ante ti, como una materia prima desnuda de todas las formas ante aquel que es acto puro, que da ser y virtud a todas las formas”. (FRAY LUIS DE GRANADA, Primera Guía de Pecadores, lib. III, cap. II. De tres maneras de hacer oración).

    ―Hombre ―decía mi madre―, ni don Juan ni Juanillo.

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