sábado, 10 de agosto de 2013

Reloj


Si el tiempo es oro en todas partes, en ninguna parece serlo tanto como en el gran reloj de la Quinta Avenida, esquina Broadway.

7 comentarios:

  1. ¿De qué demonios es metáfora “oro”?

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  2. De aquello que vale mucho y no conviene perder.

    JLGM

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  3. ¿EL TIEMPO la respuesta al acertijo? Los dioses nunca le dieron mucha importancia y creo recordar que en una carta de pésame a la viuda de un colega suyo, Einstein se atrevió a escribirle algo así: “Como su marido, creo que el tiempo no existe”. ¿Consolaría a la viuda? ¿Qué le contestaría ella?

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  4. El tiempo existe o no existe según lo que entendamos por existir.

    JLGM

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  5. http://etimologias.dechile.net/?existir

    «La palabra EXISTIR viene del latín “exsistere” (aparecer, emerger, ser), compuesta del prefijo ex- (hacia fuera) y el verbo “sistere” (tomar posición, estar fijo). Con este verbo también formamos las palabras asistir, consistir, desistir, insistir, persistir, resistir y subsistir.

    »El prefijo latino ex- viene de la raíz indoeuropea *eghs que dio el prefijo griego ek-/ex, que dio eclipse, ecléctico, exorcizar, exorcismo y exodonte [palabra que se refiere a individuos, humanos o especies animales, que tienen dientes dirigidos hacia afuera].

    »El verbo latino “sistere” viene de la raíz indoeuropea *sta, 'estar en pie', que dio en griego σταtός (statos = situación de estar parado en equilibrio, ver: estática, próstata y metástasis) en griego».

    [¡Dioses del Olimpo! Que la última enumeración acabe en “próstata y metástasis” pudiera tener su aquel. Tanta existencia… Insistir solo un poco y desistir. «EXISTIR… Falta en Nebrija, Alonso Fernández de Palencia y Covarrubias, y es ajeno al léxico de la “Celestina” y del “Quijote” y en general a los clásicos: el “Diccionario de Autoridades” no cita ejemplos anteriores a 1700», según Corominas. Suertudos los clásicos no “existiendo” en su época sino solo ahora y a su manera].

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  6. Las historias de los hombres y sus lenguas. Bien curiosas porque en realidad (o irrealidad, qué más da), no son información sino fantástica metafísica: imposible, liberadora de vez en cuando.

    Existir: o sea, el tiempo. JLB de cháchara («Conversaciones con Borges». Ed. Debate, Madrid 1985). “Yo creo que nadie ha sentido el tiempo con tanta intensidad como san Agustín. Él dice que su alma arde, que está ardiendo porque quiere saber qué es el tiempo. Y le pide a Dios que le revele qué es el tiempo. No por vana curiosidad. No por vana curiosidad sino porque él no puede seguir viviendo sin saber qué es «aquello». «Aquello» es la pregunta esencial para san Agustín. «Aquello» es lo que después Bergson diría que es el problema esencial de la metafísica. Y yo agregaría: el tiempo no es sólo el problema capital de la metafísica, sino nuestro único y principal problema. ¿Quién es cada uno de nosotros? ¿Quién soy yo? Tal vez nunca lo lleguemos a saber… Mientras tanto, como dijo san Agustín, ardemos por saberlo”.

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