martes, 2 de julio de 2013

Tertulia


También los cipreses, como los monjes, han hecho voto de silencio en San José de las Batuecas. Por eso, paseando a su lado en las tardes de verano, solo se escucha el chirrido de las chicharras y el latido de nuestro propio corazón.

4 comentarios:

  1. Tampoco en las Batuecas: Dios no tiene cosquillas.

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  2. Respuestas
    1. Observación juguetona, infantil, me temo:

      Por muchas cosquillas que desde cemeterios o monasterios tantos muertos o vivos traten de hacerle con las copas puntiagudas de los cipreses, Dios siempre impasible arriba en su Cielo.

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  3. Ahora queda más claro. Y tienes mucha razón.

    JLGM

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