viernes, 14 de agosto de 2015

Vanidad de vanidades



Aunque lo disimule bastante bien con mi apariencia humilde y errante, yo creo que siempre he tenido vocación de predicador, de pastor, de hombre providencial que despierta el fervor de las multitudes. Naturalmente, procuro que nadie se entere de estas vanidades mías.

2 comentarios:

  1. Predicador, pastor, hombre providencial… Mucho más joven que Francisco, ¿por qué no llegar a Ignacio o Jose María? Con sus másteres y un gran balcón el Vaticano le espera.

    ResponderEliminar