viernes, 16 de mayo de 2014

El viaje de la vida


A veces, en el viaje de la vida, nos mantenemos firmes en las más feroces tormentas mientras que nos mareamos en el más apacible y municipal recorrido, como el que lleva de Manhattan a Staten Island.

1 comentario:

  1. Recorrido más bien cosmopolita. Municipal, por ejemplo, el del “barco Manolón” surcando el hondo meandro del Guadalquivir ciñendo el pueblo. Más que barco, simple barca de maroma que evitaba el largo rodeo por el puente si a la sierra se iba andando. Allí, peñascos y barro, por cruzar el río, Manolón cobraba por persona dos reales y una peseta por caballería. Al otro lado, el rascacielos era “La Golondrina”, peñasco de unos tres o cuatro metros, desde el que los muchachos saltaban al agua los veranos. Solo al emerger se notaba bien su silueta de pájaro.

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