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La ciudad invertida en los espejos, sus habitantes convertidos en fantasmas. Cuando me canso de este Oviedo de todos los días, siempre sueño con poder alguna vez dar un salto a ese otro Oviedo que no está en ninguna parte, que es solo una quimera, una ilusión. Como todos nosotros.
La última frase es, no sé si deliberadamente, ambigua. Podría significar, me parece, que todos nosotros somos quimeras e ilusiones, o que todos soñamos alguna vez con dar ese salto. O las dos cosas.
ResponderEliminarO las dos cosas.
EliminarJLGM