sábado, 25 de enero de 2014

Y Sevilla


La sombra de la Giralda, una buena sombra sin duda.


5 comentarios:

  1. “A la sombra de una palmera no se puede ser infeliz”. De un poeta andalusí con buen ángel. Y sevillano (quizá). La Giralda, buena palmera para espantar el malaje.

    ResponderEliminar
  2. Pero no la mala suerte de un poeta tan sevillano como la Giralda, Fernando Ortiz, que acaba de morir.

    JLGM

    ResponderEliminar
  3. Y la muerte.

    Sí.

    Ya lo habrá visto usted todo. Primer comentario de hoy en el blog de AndrésTrapiello, que igualmente copia un poema de Fernando Ortiz. La alta torre también sobre el patio del íntimo goce.

    "Pablo A | 31 de enero de 2014, 0:32

    Un patio. En su soledad
    se oye de la luz el roce.
    Arriba, la claridad;
    abajo, el íntimo goce.
    Albahacas, gitanillas,
    plantas y flores sencillas
    pintan y aroman la cal.
    Una alta torre y un río,
    un revuelto caserío.
    Y la Epístola moral.

    Fernando Ortiz: Postdata, 1999".

    ResponderEliminar
  4. http://fernandortizreflexiones.blogspot.com.es/

    En “Las colinas del paraíso”, última entrada de su blog, Fernando Ortiz también citaba la sombra de las palmeras. Así:

    « “Ah, las palmeras. No se puede ser desdichado bajo la sombra de las palmeras”, escribió Gautier, autor de un memorable "Viaje a Oriente". »

    Quién fue el primero en anotar la ocurrencia; si en árabe, si en francés…, quizá lo haya averiguado, ya sin problema alguno de tiempo, el propio poeta sevillano. Qué más da el quién. Que se nos dé la escritura de la mejor manera posible mientras estamos a la luz, eso es lo que importa. Y que de la Giralda o las palmeras, la sombra tampoco sea mala.

    ResponderEliminar