sábado, 23 de marzo de 2013

Mirada y sonrisa


No he podido olvidar, desde que lo vi por primera vez, el rostro de este niño, muerto en la Roma de los años treinta y enterrado en el cementerio acatólico.
Los gatos gustan de jugar sobre su tumba, pero él no les hace caso, mira lejos y sonríe, como quien está en el secreto.

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