“Una mañana pura” debe ser igual a la infancia. Antes incluso: sin “olimpismo” existencial alguno. (De su “Makbara”, a Juan Goytisolo le oí recitar, como si de un gol en retransmisión radiofónica se tratara, la competida carrera de tanto espermatozoide para llegar al óvulo el primero).
“Una mañana pura” debe ser igual a la infancia. Antes incluso: sin “olimpismo” existencial alguno. (De su “Makbara”, a Juan Goytisolo le oí recitar, como si de un gol en retransmisión radiofónica se tratara, la competida carrera de tanto espermatozoide para llegar al óvulo el primero).
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