Cada vez que escucho el sonido de una flauta recuerdo el poema de Li Po: "Dos amigos se hablan en la noche / con el lenguaje de la melancolía". Aún sigo escuchando la de aquel músico callejero en los jardines del Palacio de Invierno.
Hay algo en placidez de la noche que bien te sobresalta o bien te inunda de quietud. Quizás sea la ambivalencia del silencio, roto por el son que emerge de una flauta.
Esa flauta azoriniana, quién lo diría, tal vez no sea tan diferente, por su música, del instrumento que se oye en "Un saxo en la niebla", el cuento de Rivas. La buena literatura puede poner en contacto regiones extremas y hasta sensibilidades remotas.
Hay algo en placidez de la noche que bien te sobresalta o bien te inunda de quietud. Quizás sea la ambivalencia del silencio, roto por el son que emerge de una flauta.
ResponderEliminarRecuerdo el maravilloso capítulo de "Castilla", de Azorín, titulado "Una flauta en la noche".
ResponderEliminarJLGM
Negra es la lengua de la melancolía: "melas, melaina..."
ResponderEliminarEsa flauta azoriniana, quién lo diría, tal vez no sea tan diferente, por su música, del instrumento que se oye en "Un saxo en la niebla", el cuento de Rivas. La buena literatura puede poner en contacto regiones extremas y hasta sensibilidades remotas.
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